EL MANGO, PARA MUCHOS EL REY DE LAS FRUTAS

el Mango se constituye como el Rey de las frutas,por la cantidad de propiedades que posee Y su impresionante sabor.

Es anticancerìgeno y antioxidante, dados sus altos contenidos de àcidos y vitamina A y C, que lo hacen capaz de neutralizar los radicales libres y dotar al organismo de un poder defensivo en contra de la degradaciòn celular. Contiene hierro lo que lo hace interesante para prevenir enfermedades como la anemia y afines.
Es exuberante, jugoso y audazmente aromático, así como un gran regalo para el organismo, al que aporta abundantes vitaminas y compuestos antioxidantes. En la mesa su exotismo alegra los sentidos.
Como la mayoría de las frutas, el mango es muy rico en agua y muy bajo en proteínas y grasas. Su aporte calórico (tan solo 65 calorías por 100 gramos) proviene casi exclusivamente de sus hidratos de carbono, en su mayoría azúcares naturales de fácil digestión y fibra dietética. Su mayor tesoro nutritivo son las vitaminas –en particular las tres vitaminas antioxidantes, A, C y E–, algunos minerales, enzimas digestivas y variadas sustancias de efecto antioxidante y protector.

El valor nutritivo del mango lo hace óptimo para recuperarse tras un esfuerzo físico, para preparar la piel para el sol del verano, para deportistas, niños, embarazadas, madres lactantes y ancianos.

Algunas personas pueden sentir pequeñas molestias digestivas tras comerse un mango. Si es así, es posible que tengan problemas para digerir su alto aporte de fibra, que le confiere un efecto ligeramente laxante. Pueden intentar comer cantidades más pequeñas, tomarlo entre horas sin mezclar con otros alimentos o en ayunas.
Se le considera una fruta de gran poder expectorante, antiinflamatorio, antibacteriano, antiviral y laxante, por su contenido en fibra. También se reconoce su efecto anticancerígeno, por sus diversos compuestos antioxidantes; cardiotónico y protector cardiovascular, al ayudar a bajar la tensión y regular el colesterol; antianémico, por su aporte de hierro combinado con vitamina C; y hepatoprotector.
Estas y otras son las bondades de una fruta predilecta de dioses y profanos.