COLIFLOR

Una verdura de temporada que se presta a formar parte de los menús de los meses de otoño e invierno

Las coliflores se encuentran en su mejor momento entre los meses de septiembre y enero, si bien podemos disponer de ellas durante todo el año.  

El principal componente de la coliflor es el agua, lo que acompañado del bajo contenido que presenta tanto de hidratos de carbono y proteínas como de grasas, la convierte en un alimento de escaso aporte calórico. Se considera buena fuente de fibra, así como de vitaminas y minerales. En relación con las vitaminas destaca la presencia de vitamina C, folatos y vitamina B6. También contiene otras vitaminas del grupo B, como la B1, B2 y B3, pero en menores cantidades.
En cuanto a su contenido en minerales, podemos considerar a la coliflor un alimento rico en potasio y fósforo. También contiene, aunque de forma menos importante, calcio, hierro y magnesio. Éste último es de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son fuente importante de este mineral, al igual que ocurre con el hierro, cuya absorción es mucho mayor cuando procede de alimentos de origen animal.
Comparte con el resto de verduras y hortalizas su carácter diurético, por lo que el consumo de coliflor favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo y resulta beneficioso en caso de hipertensión y retención de líquidos. Al estar aumentada la producción de orina se eliminan además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc. Por ello conviene también a quienes padecen hiperuricemia y gota, y a las personas con tendencia a formas cálculos renales.
En general, las verduras de la familia de las crucíferas son ricas en vitamina C y ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de dicha vitamina. Además, son consideradas como una fuente excelente de antioxidantes naturales (vitamina C y compuestos de azufre). Los antioxidantes bloquean los radicales libres que modifican el llamado mal colesterol, contribuyendo a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, bajos niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y de enfermedades degenerativas.

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