LAS MANZANAS, UNA FRUTA DEL PARAISO

 

La manzana ha sido un fruto simbólico a lo largo de la historia, en la Biblia se cita como el fruto prohibido que provocó la expulsión del ser humano del paraíso.

Incluso desconociendo su composición química y sus propiedades nutricionales, la sabiduría popular siempre le ha atribuido virtudes saludables. Desde hace milenios se recolecta esta fruta como ponen de manifiesto restos arqueológicos encontrados en excavaciones neolíticas. En el siglo XII antes de Cristo, el manzano era cultivado en los valles del Nilo en tiempos del Faraón Ramsés III. También en la mitología griega, la manzana de oro que París entrega a la diosa Venus y que provoca la enemistad entre Atenea y Hero, pasó a la historia como la “manzana de la discordia”. En el siglo XVI, los españoles extendieron el cultivo de la manzana por toda Iberoamérica, y cien años después, el manzano emigró a América del Norte y posteriormente a África del Norte y Australia.

Se desconoce con exactitud el origen del manzano. Unos autores lo sitúan en las montañas del Cáucaso, mientras que otros indican que proviene de las regiones montañosas de Asia Media. Se calcula que este árbol se empezó a cultivar hace unos 20.000 años. La manzana fue introducida en la Península Ibérica por romanos y árabes y hoy en día, España es uno de los principales productores del mundo. Otros países productores son Alemania, Italia, Bélgica, Polonia, Francia, Países Bajos, Austria, Rusia, Estados Unidos, China, La India y Brasil.

En la actualidad existen más de mil variedades de manzanas en todo el mundo, si bien, las que nos podemos encontrar en el mercado suponen en torno a la veintena de especies: golden, verde doncella, red delicius, royal gala, fuji, reineta, starking, etc.

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